RESPETO ANIMAL
Para un niño que lo tenga como compañero de juego puede ser un factor estimulante para su desarrollo, pero siempre tiene que ser supervisado por adultos, que deben enseñarle el respeto por los animales para que la convivencia sea sana. Si un infante le jala las orejas, lo golpea y es quien lo somete, la mascota entra en un estrés y puede motivarlo a reaccionar negativamente. La familia lo puede tomar como una agresión contra el niño y el perro acaba en la calle, comenta.
Un factor importante a considerar es la separación temprana del cachorro de su madre. El animal completa el periodo correcto entre 12 y 18 semanas, por lo que los perros que son separados de sus madres en un tiempo menor, como suele ser en la mayoría de las veces en que son vendidos, y en 80% de los casos son adquiridos por impulso, esto puede desembocar en el futuro en la falta de tolerancia social del animal.
ADOPCION POSIBLE
Esquivel Lacroix dice que “para quienes nos dedicamos a la medicina veterinaria y estamos en contacto todo el tiempo con diferentes tipos de perros, entre otro tipo de animales, consideramos la adopción responsable una alternativa inmejorable, porque en familia pueden evaluar y decidir si pueden o no atender las necesidades elementales de una mascota, además de darle amor y comprensión. Lo recomendable es que se informen y busque a algún centro de adopción cercano a su domicilio”.
Comenta que existe el programa Pedigree Adóptame (pedigree.com.mx/adoptame), que trata el tema de la sobrepoblación canina en México y ofrece información respecto a la tenencia responsable de mascotas y los pasos que debe seguir la persona interesada en adoptar, para lo cual se cuenta con apoyo de la iniciativa privada, la Facultad de Medicina, Veterinaria y Zootecnia de la UNAM, la AMMVEPE y más de 20 centros de adopción o asociaciones civiles.
Los voluntarios que apoyan los centros de adopción son considerados héroes anónimos, porque se dedican de manera loable al rescate y readaptación de miles de perros. Ellos pueden informar al interesado, con conocimiento de causa, sobre el perrito que está ya en condiciones de ser adoptado, el cual tuvo que pasar por un proceso de cuidados importantes para llegar al punto de sociabilizar nuevamente.